Instalación Artística y Paisajística que llama a la conexión con la vida, con la naturaleza que nos rodea y con nuestra propia naturaleza.

 

En este laberinto creado por esculturas totémicas conteniendo una especie primitiva nos transporta a un pasado remoto lleno de misterio como símbolo de resistencia y capacidad de adaptación.

 

Testigos silenciosos de la evolución del mundo que nos rodea, en cada helecho se esconde una historia milenaria que nos conecta con nuestros antepasados y con la quietud inquebrantable ante los sucesos de la vida. 

 

Ancianos de nuestra tierra que nos transportan a las profundidades del tiempo haciéndonos sentir tan efímeros como la vida de una fronda. Conectar con su historia es conectar con el equilibrio mágico que existe en la naturaleza y sentir su supervivencia por millones de años es sentir el fluir con la vida. 

 

Guardianes de memorias que nos invitan a sentirnos parte de un todo, despertando nuestra conexión con los sentidos, con nuestras raíces y con nuestro presente. 

 

Esta obra propone un espacio de desconexión para volver a conectar, un recorrido para hacer una pausa en la vida que nos lleve a ver la magia existente y en donde las vibraciones armónicas nos conduzcan a nuestro propio equilibrio natural. 

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